El mundo de la música está cambiando

La búsqueda de recursos humanos, el turismo y la banca son algunas de las industrias que se han transformado por completo ante la adopción de Internet como herramienta principal de interacción con el usuario. La industria de la música también está cambiando pero se resiste y aferra a su modelo tradicional ante su inminente reestructuración y reformulación, gracias al surgimiento de los servicios de intercambio y/o compra de música en línea.

Aceptémoslo. Todos en algún momento hemos escuchado una canción en MP3 sin ni siquiera preocuparnos por pagarle al artista que la canta, todos hemos quemado un CD con canciones que nos gustan y que bajamos, nos pasaron o que copiamos de algún lado. El mundo de la música está cambiando y hay quienes todavía se resisten a aceptarlo.

La cuestión de fondo ahora es encontrar la manera de afrontar este cambio sin perjudicar a nadie y salir ganando de ambos lados. A veces me pregunto, qué pasaría si de pronto en el ciberespacio los fabricantes, los autores, los agricultores, tuvieran la oportunidad de vender sus productos en directo. Seguramente los intermediarios, o los grandes almacenes en algunos casos, reaccionarían tratando de poner candados e ideando mecanismos para evitar ese mercado. Eso es precisamente lo que está pasando con el mundo de la música. Gracias a Internet, ya no necesitamos de una gran casa productora, de un distribuidor y de un local o a una plaza comercial, para poder encontrar el disco del artista que nos gusta. Ahora es cuestión de unos cuantos clics y un poco de ética y honestidad.

Hagamos el juego limpio. Apoyemos la distribución de música en línea sin intermediarios, pero paguémosle a su autor por ella. Esa es la idea que me trae a colación esta estrategia de GreenDay, al ofrecer en su sitio web CD’s grabables, para que bajes la música y la quemes en discos etiquetados con la imagen de la banda. Eso sí, advierte: “Quema responsablemente. Baja música legalmente en iTunes y quema tus propias compilaciones de GreenDay”

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Interesante concepto y estrategia, que al parecer les funcionó muy bien, pues ya están en la segunda edición. Creo que algunos artistas que todavía están en contra de la distribución en línea de su música, deberían recapacitar y aceptar esta nueva realidad, montarse en esta nueva era e ir tras su público, que día a día se transforma y que hoy más que nunca está al asecho, gracias a las herramientas y las nuevas posibilidades que el mundo digital les proporciona.