De dejar fluir y abandonar los sueños

Prefiero ser salmón, y nadar a contra flujo

Así que de pronto te sientes sin salida, las cosas no están funcionando, no estás obteniendo lo que quieres o lo que crees merecer, y por más que lo intentas no logras obtener eso que tanto anhelas.

En ese momento seguro sientes frustración, sientes desesperación por no poder mover las cosas como crees que se deberían mover, es más, todas tus frases comienzan con “hubiera” o “debería”, sientes que te ahogas en un río de acontecimientos que van en contra de tu voluntad, y te preguntas  ¿Donde quedó entonces esa fuerza que tiene el hombre para alcanzar sus objetivos? ¿De qué se trata la vida si todo va al revés? ¿De qué se trata la vida si no puedo alcanzar mis sueños?

Fluir

Afortunadamente para algunos, hoy la gente ha encontrado la forma de sortear estos sentimientos y de no sentir la frustración que sobreviene a la decepción de no haber alcanzado un objetivo, cualquiera que éste sea: obtener un trabajo, un ascenso,  una relación amorosa, un suceso.  Hoy en día está en boga la más grande y simple de todas las soluciones a los problemas existenciales del hombre: Dejar Fluir.

¿Qué significa dejar fluir?

Es raro cómo muchas personas hablan de esto y son pocos los que en realidad lo entienden a profundidad y podrían explicarlo.  Yo no soy un experto en dejar fluir, de hecho la palabrita misma me disgusta;  incluso estoy seguro que los que estén en desacuerdo con lo que escribo en estas líneas seguramente dirán que no tengo ni idea de lo que digo.  Pero para muchos que he consultado, y que hablan maravillas de ello, dejar fluir es soltar, es no aferrarse a que sucedan las cosas como uno quiere y más bien dejar “que las cosas tomen su curso natural”.

Por ejemplo, hablemos de una relación. Digamos que te gusta una amiga tuya y:

  • Tu la invitas a salir porque quieres andar con ella
    (Nota 1. Tu quieres andar con ella, ese es el objetivo)
  • Entonces pues sales con ella y es cuando debes comenzar con el arte de “dejar fluir”.
    (Nota 2. Uff, tengo que dejar fluir)
  • Las mujeres son especialistas en hablar de cómo dejar fluir, pero quizá en términos más prácticos sea: En una relación que empieza, dejar fluir es no comprometerse, no hablar de tiempos, no hablar de sentimientos, no hablar de intenciones.
    (Nota 3. No le digas tu objetivo, no digas lo que quieres, está mal visto, si lo haces estarás “intenseando” y no dejarás fluir)
  • Simplemente es “estar y disfrutar el momento”, forever.
    (Nota 4. Ok, quizá podamos seguir siendo buenos amigos)

Qué tal en la obtención de un ascenso en tu trabajo:

  • Has trabajado duro todo el año y crees que mereces un ascenso
    (Nota 1. Me merezco un ascenso)
  • Lo hablas con tu jefe y él te dice que lo va a revisar, pues la situación… bla bla bla
  • Pasan semanas y nada, hasta que insistes y tu jefe te dice que no es posible darte un ascenso
    (Nota 2. ¿Pero qué le pasa???  Obviamente se puede, si le acaban de dar un ascenso a Menganito)
  • Le cuentas a tus amigos/amigas tu frustración y ohh sí, viene la recomendación sublime: “Deja fluir”, “seguro no era tu momento”
    (Nota 3. Uff, tengo que dejar fluir)
  • Te convences de que no era tu momento, de que eres una persona equilibrada y sana porque supiste “Dejar Fluir”  yeah!
    (Nota 4. Soy “Feliz”, dejé fluir)

Y así la vida se nos puede ir, dejando pasar lo que queremos o lo que merecemos, lo peor del caso es que no nos daremos cuenta de cuántas cosas hemos dejado, pues estaremos tan fascinados con ser gente moderna, equilibrada, sana.  Porque somos adaptados con la sociedad, porque no somos intensos, porque sabemos cambiar de parecer, porque no somos necios, porque “sabemos dejar fluir”.

Yo no opino lo mismo

Para mi, sinceramente dejar fluir consiste en alcanzar la resignación sin que te duela.  Cuando uno deja fluir está siendo derrotado, está retirándose de la batalla que enfrenta su voluntad.  Para mí, en la mayoría de los casos, cuando uno deja fluir, está simplemente protegiéndose, está optando por no ser afectado por la inminente derrota, está cediendo.

Ya lo decía Ovidio, En el amor no basta atacar, hay que tomar la plaza.  Y en el aspecto personal y profesional, nada es más satisfactorio en la vida que hacer lo que uno quiere, en obtener lo que uno busca, en sentirse realizado y libre por nuestra propia espontaneidad y no por la felicidad de referencia y prefabricada que nos marca la sociedad moderna.

Para mi dejar fluir es la fórmula de moda para no sentirse triste por no poder alcanzar nuestros anhelos.  Es más, con el descaro de atreverme a sumar algo más a la teoría de Fromm con respecto al miedo a la libertad del hombre, desde mi humilde interpretación, dejar fluir es uno más de los vehículos por los que cedemos nuestra libertad y nos acoplamos a la apabullante realidad y felicidad por estereotipo que día a día nos presenta una sociedad llena de reglas y protocolos, que nos rigen la manera de pensar, la manera de esperar, la manerar de querer, la manera de vivir.

Yo prefiero ser salmón, y nadar a contra flujo hasta llegar a la cima, al origen del río.

Y ¿sabes por qué lo hacen los salmones? ¿porqué se aferran a ir en sentido contrario? nomás por sus huevos.

¿Qué opinas?  Anda…. deja fluir tus comentarios.