3 maneras de tener una mala experiencia en Twitter

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TwitterHace un par de meses, después de casi dos años de tener una cuenta, decidí darle una tercera (o hasta cuarta) oportunidad a Twitter.  Después de varios intentos por encontrarle el gusto a esta red social -en los cuales la verdad es que no lograba convencerme- concluí que quizá el problema no estaba en la red en sí, sino quizá en la manera en la que yo la estaba utilizando.

Creo que gran parte de mi mala experiencia con Twitter se debió a:

  1. No hablar
    Está bien que hay que escuchar, pero también de vez en cuando alzar la voz e involucrarse en la conversación.  Además esto es la clave para obtener más followers (aunque incrementar el número de followers no debe ser el objetivo principal).

  2. No seguir a la gente correcta
    Los que no conocen Twitter normalmente dirán cosas como “Es gente que nada más habla de lo que está desayunando”.  Y pues, sí, hay mucha gente  (sobre todo los Twitstars) que pareciera ser que se sienten realizados cuidando a su audiencia y “alimentándolos” compartiéndoles pequeñas dosis de su vida diaria.  En lo personal encuentro lamentable que gente con tanto potencial para ser escuchados se limite solo a compartir cosas como “Uh, disfrutando un Latte en el #SB” , “Voy por unos tacos”, etc.   Peores son aquellos que todavía se ateven a abrir su formspring para que sus “fans” les hagan preguntas… =S

    Sin embargo, afortunadamente no toda la gente que está en Twitter hace lo mismo.  Hay quienes lo usan realmente para construir una conversación y reconocen el valor que les agrega el intercambiar conocimiento con personas con intereses comúnes, por lo que solamente hay que buscar un tema de tu interés, y estoy seguro que encontrarás mucha gente de todo el mundo compartiendo información.

  3. No tener una frecuencia
    Si bien  hay que involucrarse en la conversación con la gente adecuada, también considero que la frecuencia con la que uno lo hace es fundamental para SEGUIR en la conversación. De nada sirve hacer todo esto un día si durante toda la semana (o semanas) después no nos haremos presentes.

    Ahora, esto tampoco implica que tenemos que estar pegados a Twitter para ver si ya nos respondieron a nuestro último tweet, pero sí que fijemos una frecuencia que se adapte a nuestro ritmo de vida. (Es muy importante tomar en cuenta que la frecuencia de publicación NO está directamente relacionada con el número de seguidores que tendrás, pues importa más la calidad que la cantidad).

Así pues, creo que pude corregir estos errores y ahora disfruto de una herramienta que me brinda información para enriquecer no solo mi trabajo sino mi vida diaria. Hoy, después de un mes de cambiar mi actitud hacia Twitter, puedo decir que me convenció.  No obstante, he detectado varios detalles que quiero comentar, pero eso lo haré en el siguiente post.

La imagen de Twitter la pueden bajar libremente.